Grandes barcos y pequeñas lanchas rápidas: Cómo funcionan y crecen las empresas

Girar un buque grande lleva tiempo. Si un carguero se desvía en la dirección equivocada, volver a alinearlo requiere una compleja secuencia de procedimientos. En cambio, una lancha rápida se desliza ágilmente sobre las olas y puede invertir el rumbo casi instantáneamente con un solo par de manos en el timón. Al igual que las embarcaciones, las empresas se dividen en dos grupos. Por un lado, los "grandes barcos" ejercen una influencia sustancial en sus mercados debido a sus grandes beneficios y a su gran visibilidad. Su estabilidad les granjea la confianza de los consumidores. Su historia, así como el talento y la capacidad de sus filas, les permiten llegar a un mercado masivo y crecer como organizaciones. Desgraciadamente, su gran tamaño les obliga a depender de un conjunto de procesos largos y lentos a la hora de tomar decisiones, seleccionar a los clientes a los que quieren satisfacer, definir y perfeccionar lo que fabrican y cómo lo comercializan.


Las "lanchas rápidas", en cambio, se mueven con rapidez y agilidad y crecen deprisa, capaces de crear y actuar sobre nuevas ideas sin vacilar, cambiando a direcciones más eficaces en cuanto las descubren. Sin embargo, a pesar de las virtudes de su agilidad y agilidad, estas "startups" tienden a carecer de los refinados procesos de servicio y entrega que distinguen a las grandes empresas, en parte porque aún no han existido el tiempo suficiente para desarrollar los recursos necesarios.


El estado ideal para una empresa incluye lo mejor de estos polos opuestos menos sus debilidades y/o carencias inherentes. Empresas como 1NCE, que combinan la estabilidad de procesos y el servicio de alta calidad de las grandes compañías con la agilidad de las empresas "lean startup", son mucho más eficaces y beneficiosas para sus clientes. A esa mezcla de estabilidad y rapidez, en 1NCE también mantenemos una mentalidad centrada en el cliente que nos permite tener una visión completa de nuestros objetivos. Esto significa que, en todos los casos, nuestro proceso comienza con nuestros clientes. En lugar de crear un producto y dar por sentado que tiene un mercado, 1NCE siempre se plantea la pregunta fundamental de las operaciones centradas en el cliente: "¿Cuál es el problema de nuestro cliente y cómo podemos resolverlo?".


A diferencia de las empresas típicas relacionadas con la tecnología, que suelen empezar por las características y se esfuerzan por encontrar un argumento comercial que las respalde, 1NCE parte de las expectativas de los clientes y encuentra la mejor manera de ofrecer productos que se ajusten a esos requisitos reales. De este modo, 1NCE evita caer en la trampa de crear un producto que guste a sus creadores pero que no cubra ninguna necesidad imperiosa. Nos concentramos por completo en resolver los problemas de los clientes.

Entendemos los retos exclusivos de servir a un mercado de empresa a empresa, incluidos los altos estándares de nuestros clientes, su necesidad de productos estables y su incapacidad para tolerar ciclos de actualización constantes. 1NCE se ha forjado una reputación como socio de confianza que ofrece exactamente lo que nuestros clientes necesitan: seguridad y estabilidad, con una atención impecable al detalle.